jueves, 26 de mayo de 2011

Amistades nuevas olvidan viejas...


En la época del colegio muchos creemos que las amistades que forjamos en ese sitio durarán para siempre. Qué bueno fuera. En mi último año (en 2009) recuerdo haber jurado amistad eterna con mis amigos/gas, pero como dijo Laura Bozzo: "¡No era cierto!". El año siguiente hablé hasta marzo con bastantes de ellos, nos comunicabamos a cada rato. Via msn, mensajes de texto, facebook, nos llamábamos, etc. Al pasar de los meses nos hablábamos menos, hasta dejarnos de hablar por completo. Como es obvio, cada quien hizo nuevos amigos en la universidad, que reemplazaron a los viejos (incluído yo). Yo tenía 3 mejores amigas en el colegio, a dos tengo meses sin verlas y casualmente le hablé por FB a las dos ayer, porque ya ni nos comentamos cosas ahí. Y la otra pues en la universidad está en el mismo edificio que yo así que la veo de vez en cuando. Ahora bien, me quedé sin amigos hombres. O sea si tengo amigos, pero no como los amigos-amigos del colegio, chavos con los que podía hablar con toda confianza. Tengo amigos, pero no amigazos.

No sé porqué se me viene a la mente la idea de que es más fácil mantener las amistades que se formaron luego del colegio. Porque tengo amigos/gas que no hice en el colegio, que eran vecinos míos o hijos/jas de amigos de mis papás con quienes hablo a cada rato. Y curioso que estas personas son quienes se están convirtiendo en mis amistades del alma.

Mi papá dice que hay amistades que son cíclicas. Llega un punto en el que no sabes qué fue de ellos y cuando menos lo esperas reaparecen. Así le pasó a él, terminó la primaria y lo cambiaron de colegio, así que perdió contacto con la mayoría de sus amigos, incluido su mejor amigo. Pero da la casualidad que hace unos años se mudó una familia a nuestra calle y ¿qué creen? Era su mejor amigo de la primaria. Ahora bien, mi mamá tiene una historia parecida. Cuando terminó el bachillerato y todos sus compañeros se dispersaron (tal como pasa siempre) ya no volvió a ver tan seguido a su mejor amiga. Luego ella le contó que se iba a ir a vivir a Canadá. Pasaron 30 años, y en enero mi hermana (que se pare exageradamente a mi mamá cuando era joven) recibió una solicitud de amistad de una señora desconocida. Obviamente no la aceptó, pero luego, a los días, "la señora" le mandó un mensaje al inbox preguntando si no era hija de tal persona (el nombre de mi mamá). Le contó a mi mamá y le mostró el perfil de la señora, y a mi mamá se le saltaron las lágrimas de ver que era su amiga del bachillerato. Así que retomaron el contacto y se pusieron al día.

Espero ese sea mi caso. Si algún dia llego a perder contacto con mis amigos más queridos, espero retomarlo en un futuro.

Y eso era lo que tenía para decir hoy.

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